Jugamos con la muerte para sentirnos vivos.
Colapso. Especulación. Pensamiento positivo. Mirada crítica. Ciencia. Ecología. Sentido común. Dios. Recursos internos. Solución de problemas, vidente africano con gran poder. Perros.
11 marzo 2010
"Conocí en la cárcel a uno que había atropellado a una madre y a su hija. Estaba en la celda de al lado, y se machacaba la cabeza contra la pared. Yo oía los golpes: bum! bum! y me estremecía.
Él era camionero. La mujer había cruzado por delante de un autobús empujando el carrito. Se los había encontrado de golpe. No pudo hacer nada.
Había sido un accidente, pero los funcionarios se lo recalcaban "¡has matado a esa gente!" y le llamaban asesino.
08 marzo 2010
Malestar
Ya amanecía. Ella se disponía a echarse a dormir. Me enseñó las pastillas que tomaba: Esta para la esquizofrenia, estas para dormir, esta para el cáncer...
Inquirí.
Me contestó.
Hice un gesto.
.- ¿quieres ver? -me preguntó.
.- Más bien tocar -le contesté.
.- No notarías nada -dijo- y se levantó la camiseta.
De repente entendí por qué en su habitación los sujetadores me habían parecido tan grandes:
.- ¿Te enrollas con una chica? -había preguntado yo.
.- No. Son míos -había contestado ella- pero a mí no me había encajado el tamaño.
Ahora veía por qué: del interior de la copa izquierda, donde no debería haber hueco para nada, sacó un pañuelo de cuello. Luego apartó el sujetador: no tenía pecho. Un gran tijeretazo recorría su pecho desde la izquierda hasta casi el esternón a la altura de la base de la mama: había una fea cicatriz, con los bordes en desnivel, umbilicada, de color más oscuro que la piel.
Otra sajadura algo más pequeña, disimétrica, ligeramente convergente cruzaba cuatro dedos más arriba. Entre las dos el espacio donde debía haber estado el pecho se veía ligeramentre abombado. No puede ser tejido mamario, pensé mientras ponía mi mano encima. No lo era, no sé qué era, era blando.
.- Me tuvieron que rellenar con piel de la espalda -dijo- y se giró para que lo viera. Otra gran cicatriz...
Volvió a girarse y entonces vi junto a la parte herida el pecho más asustado que había visto en los últimos 20... 23 años.
.- ¿Quieres tocar mi pechito? -dijo.
Era obvio que sí. Puse la mano encima pero ella se tapó enseguida. Volvió a cubrirse con el sujetador, la camisa, el jersey y la chaqueta. Yo me quedé pensando... 20 años antes me había costado dos días despertar un pecho parecido; con los pezones hundidos, la areola fláccida, el color gris uniforme.
.- Pensaba que no tenía sensibilidad en el pecho -me había dicho ella. Pero sí la tenía, y sus pechos en unos días se habían vuelto hermosos y orgullosos... Pero eso había pasado hacía más de 20 años, cuando yo aún era joven y guapo, y noble y puro. Y la chica quería vivir y curarse.
Ahora me encontraba en el comedor de una casa desahuciada, oyendo de fondo las tonterías que hacen en la tele de madrugada, mientras la chica de hoy se había acomodado en el sofá, acompañada de sus dos animales castrados, y buscaba sobre la mesa algún resto de sustancia embriagadora a la vez que esperaba que el concentrado de sueño hiciera su efecto.
Cuando empezó a roncar, desperté a mi amigo y nos fuimos en silencio.
14 febrero 2010
Paranoia
Está convencido de que Dios quiere matarlo.
31 enero 2010
24 enero 2010
¡Benditos chinos!
la reserva espiritual de Europa
Y el mejor actor de doblaje del mundo también es español.
¡Es tan bueno! Su voz se ajusta tan bien al movimiento de los labios del actor que los sordos no necesitan leer los subtítulos...
la canción del que no quería mentir
Y pa todos nosotros, ¡qué cojones!
23 enero 2010
Traperos y trapaceros
Al ser preguntada por la denuncia vecinal de que hay niños que se meten a diario en los contenedores para llevarse ropa, la portavoz de Cáritas admitió que tienen "constancia de que hay robos, pero no de cómo lo hacen. A los vecinos les decimos siempre lo mismo, si ven algo así, que avisen a la policía".
La chica lleva un micrófono en la mano, y ha llamado a una casa particular por el telefonillo. Quiere saber si los vecinos han visto alguna vez a la gente que roba ropa del contenedor de al lado... y se explica: es de televisión española...
Desde la casa le contestan que no, que no saben nada y que no han visto nada. La muchacha parece desconfiar de lo que le dicen, pues desde las ventanas o los balcones se puede ver perfectamente si alguien se cuela en el contenedor. Cuando la muchacha vuelve hacia el coche que está aparcado en doble fila la llamo:
.- ¡Eh! ¡chica!
Pero no me hace caso. Entonces la llamo varias veces, cada vez más fuerte:
.- ¡Señorita! ¡señorita!
Nada, ni caso, se hace tanto la sueca (podría, es muy alta) que tengo que perseguirla casi hasta el coche. Al final se gira, y me explico.
.- No deberías usar el término robo. Aunque la chica de Cáritas haya dicho que es un robo la comprensión que tenemos la mayoría es distinta: Imagínate que yo soy un ciudadano, y me quiero deshacer de la ropa que me sobra, pero no quiero que se pierda por ahí, sino que se aproveche. Entonces en vez de colgarla del contenedor de basura como hacía antes para que la puedan usar los indigentes, la tiro al contenedor de ropa de Cáritas.
.- Llámalo robo, hurto o como quieras... -dice la chica que parece muy a la defensiva.
¿Qué será lo que no ha entendido de lo que le he dicho? es tan sencillo de comprender...
.- Lo que quiero decir es que esa ropa va dirigida a los indigentes, y que ellos no están robando nada. Es en todo caso Cáritas quien introduce un paso intermedio en la distribución de ropa. Un paso que antes no existía... Oye, ¿tú no serás de Cáritas? -le pregunto sorprendido por su escaso espíritu periodístico.
Pero la chica me asegura que no es de Cáritas.
Le pregunto entonces si ha preguntado en el bar, y señalo al bar LaPlebe, que está justo enfrente del contenedor, y la chica, señalando al bar Burgueses, que está un poco más lejos, me dice que sí, pero que no quieren colaborar.
Entonces le hago notar su conducta poco correcta, huyendo de mí cuando la llamaba, pero me contesta que no me había oído y que de todas maneras tienen prisa y su compañera está esperándola en el coche.
En ese momento sale del coche la compañera, que me mira con una sonrisa amplia, pero la chica "sueca" le dice:
.- Vámonos, aquí no hay nada que hacer.
Y aunque la otra chica, que no parece tenerme miedo (porque la sueca sí), duda un par de segundos, al final se marchan las dos. Una pena. Pienso que ha podido más en ella la autoridad natural que reconocemos a quién es mucho más grande de talla, así como el respeto al trabajo de pareja, que la evidencia de haber encontrado un interlocutor dispuesto a hablar ante las cámaras, y a decir quizá cosas interesantes.
En cambio la sueca parecía tener ya prefigurado el reportaje que pensaba hacer. Y en él no cabía ninguna novedad con respecto a sus viejos conceptos, sólo la reafirmación de lo que ya sabía.
Ya hace tiempo que Fomento de Construcciones y Contratas (una de las empresas más poderosas de España) contrató con la mayoría de los grandes ayuntamientos de España la recogida de papel y cartón, para lo que se instalaron grandes contenedores azules en las aceras de nuestras calles, eliminando así de un tirón y casi por completo toda una industria de supervivencia ecológica de la que vivían muchísimas familias que se vieron obligadas, una vez perdida la dignidad de su humilde trabajo, a engrosar las filas de los que viven de la caridad pública.
Parece que el ejemplo cunde y muchas empresillas más se están apuntando al carro...
20 enero 2010
consciencia
Aunque no seamos conscientes de muchas cosas nuestro subconsciente es consciente de todo. La conquista de la consciencia consiste en ser más conscientes de las cosas de las que nuestro subconscinete ya era cosnicente.
19 enero 2010
pregunta de test
Hace ya unos cuántos años fui a renovar el carnet de conducir, y elegí hacerlo en la Cruz Roja para que mi dinero aprovechara en bien de muchos, y no en exclusivo provecho de unos pocos. El psicotécnico incluía la pregunta de si había hecho alguna vez alguna cosa que me avergonzaría que supiera mi madre.
Me negué a contestar a aquella pregunta que pretendía averiguar algo del ámbito estrictamente privado. Afirmé que sin duda aquella pregunta era anticonstitucional y contraria a la Declaración Universal de los Derechos humanos. Despotriqué contra los niñatos psicólogos que habían diseñado aquel test y le dije al amable médico que me atendía que aquella injerencia en asuntos tan íntimos era la avanzadilla de la Policía del Pensamiento y del Gran Hermano.
Pero claro, no fui. Anduve cabreado un par de semanas y tuve el carné caducado casi 5 años, y entretanto se llevaron a cabo simultáneamente en muchos países los primeros experimentos públicos de espionaje total de la intimidad, con los buenos resultados que todos conocemos...
NOTAS:
1.- Se puede reconocer el grado de paranoia que nuestra sociedad le atribuye a Orwell en el nombre por el que se conoce la plaza que en la ciudad de Barcelona tiene dedicada: Plaza del Tripi
2.- No sé en cambio si esta coincidencia tiene algún significado o es simple paranoia mía: Policía del Pensamiento <=> PP
Post hecho al rebufo
del de C.E.T.I.N.A
18 enero 2010
ni madrugando
Hoy he salido a la calle muy temprano y no he visto...
¡Qué rabia!
Quería gritar:
¡¡NO VEO A NADIE FELIZ!!
25 diciembre 2009
13 diciembre 2009
Punto de contacto
En la frontera entre yo y el mundo se libra la batalla.
Ahí hago juegos malabares con lo que toco.
Soy el único responsable de esa frontera.
01 diciembre 2009
Los perros según las personas
pero los perros son como las personas,
a veces dominantes y a veces no.
19 noviembre 2009
Después de él el fin del mundo
Por eso eleva los brazos al cielo.
En un último gesto de retener a Dios allá en lo alto.
16 noviembre 2009
Ser o no Ser
El estar vivo, e inmerso en el mundo, es creo yo suficiente justificación para ser capaz de escribir tales obras. Seguro que Shakespeare no tuvo tiempo de calcular todas las implicaciones de su frase, ni todos los sentidos ocultos de ella, pero la intuición de "ser o no ser, esa es la cuestión" ha calado de tal manera en la posterior evolución del pensamiento humano que el autor de la cita no hubiera podido comprenderlo.
Una estudiante de sociología danesa, Tanya Yorgensen**, ha calculado el tiempo que los humanos han empleado en repetir la famosa frase desde la primera representación de Hamlet, y esto da un lapso muchas veces superior a lo que duró la propia existencia de Shakespeare. Según los cálculos de Tanya cabrían unas mil quinientas vidas del bardo, esto es, hubiéramos tenido a Hamlet repitiendo la primera sentencia de su monólogo desde la aparición de los primeros cromañones hasta hoy...
Algo hay sin duda en la frase que nos llama, recurrentemente, a buscarle un sentido nuevo aún no apercibido.
¿A qué se refiere el bardo?
Ser o no ser.../ y luego viene la cuestión, pero si hay una cuestión es porque hay que decidir, porque se puede optar, y entonces la libertad del hombre pone al intelecto a trabajar sobre la duda, buscando una respuesta, que permitirá planificar un plan, que será personal, y que lo llevará a... Ser o no Ser. Pero si este hubiera sido el sentido, seguramente Shakespeare hubiera empleado otra frase: suicidarse o no suicidarse; vivir o no vivir; mantenerse (por un esfuerzo consciente) en toda la integridad o dejarse llevar por las fantasmales manos entrópicas que tiran de nosotros desde la tumba...
Ser o no Ser.../
El muchacho tiene en las manos la calavera de su padre, muerto de una muerte agudamente dolorosa, y ve en ella la prefiguración de su propia muerte, inevitable. Sin duda filosofa sobre el sentido de la vida y el de la muerte
/...esa es la cuestión.
La cuestión es precisamente que él, con su mano de carne, sostiene ante sus ojos la calavera de hueso, muerta, de su propio padre. Y los ojos vacíos de su progenitor; de su propio origen en el mundo; miran sus ojos repletos de vida y de preguntas sin contestarle con nada más que con ser lo que es, una calavera seca, donde ya ni los gusanos se alimentan, y que es, a la inversa del vacío del que hablaba Lao-Tsé que hacía que la taza fuera taza, la substancia que permitió que en el hueco anidarán la esperanza, el amor, la confianza, la sabiduría, la responsabilidad, y también los demonios de aquel que fue su padre y ahora ya no es nada.
La cuestión es que entre el ser y el no ser se sitúa todo cuanto podemos transmitirnos sobre este mundo, como Shakespeare nos transmite su reflexión en boca de Hamlet, pero al final todo ello es del ser, y del no ser no sabemos nada, salvo que es el vacío que hace a la taza, o el cráneo que encierra el mundo.
O quizá sea la madre del universo, una cosa indefinible e inexplicable, de quien Lao-Tsé, que nació viejo de más de ochenta años, intentaba tomar teta.
Lo mismo que Shakespeare, porque si no... ¿a qué ese empeño en poner la cuestión (el fondo y la forma de nuestra taza) en esa misma cuestión?
Lo mismo que los cromañones; que llevamos ya ochenta mil años tomando en nuestras manos las calaveras de nuestros padres y tratando de entender qué es el ser y qué es el no ser.
*Helen Keller "luz en mi oscuridad" cap. III
**Tanya Yorgensen "El umbral significativo: un ensayo sobre la influencia de las obras de Arte en la inteligencia global" (aún no traducido al castellano)
14 octubre 2009
La pérdida de los ritos de iniciación
Hace dos o tres semanas vi en la tele una película al estilo de los remakes yankis de "rebelión en las aulas", ambientada en Madrid, y obviamente rodada pensando en el mercado americano.
El contenido de la película era: multiculturalidad conflictiva; barrios marginales; agresividad juvenil; bandas callejeras "suputamadre" profesores motivados; profesores hiperpasotas; jodidas vidas personales de todos y cada uno de los alumnos; ultimatum administrativo para cerrar el instituto; machismo-feminismo jodido; muerte de alumno por la banda "suputamadre"; música como elemento cultural aglutinante y salvador; y final feliz con todos los padres aplaudiendo a rabiar la obrilla de los nenes.
La pelicula me pareció deshonesta y peligrosa. Deshonesta porque no refleja la realidad sino que adapta el cliché de ese tipo de peliculas españolizándolo. Peligrosa porque a pesar de su fachada de "buen rollito"; igual que falsea los datos reales del problema puede realimentar actitudes chungas en todo tipo de espectadores poco críticos. Quiero decir; al poner en el candelero un tema que no existe, la peli le da ya carta de naturaleza y abre, por así decirlo, la caja de los males (la de Pandora).
Un par de días después, en el parque de enfrente de mi casa, veía a los jóvenes relacionarse entre ellos. Me era más que evidente que no se fían de los adultos, y que no los toman como modelos. Lo que pasa, me decía, es que se ha perdido la continuidad cultural. La cadena de confianza que debe unir como eslabones a los miembros de una misma especie y que va del más viejo hasta el más joven está rota. Y yo podía señalar donde estaba la ruptura:
los padres de estos chicos estaban viendo la tele. Las madres se estaban nutriendo espiritualmente de los magatchinos de cotilleo y otros realitishous. La edad mental de los padres, su experiencia de vida había sido superada ya por lo vivido por sus hijos... ¿de quién iban a aprender?
... y tenemos suerte -pensaba- que a pesar del estúpido entusiasmo de esos actorcillos y directores mezquinos, mediocres e irresponsables por hacer parecer Madrid una ciudad sin ley y el problema mucho más grave de lo que creen; a pesar de esa estúpida pasividad de madres y padres y ese mal entendido respeto a los hijos que hace que las madres no tomen ninguna iniciativa y se limiten a preguntarles a sus hijos ¿qué quieres que hagamos? (lo oigo 15 veces al día); tenemos suerte de que los jóvenes adolescentes sean, en general, tan formalitos...
Sí, se ha roto la continuidad temporal, la continuidad cultural, y los jóvenes ya no tienen adultos a los que pedirles consejo. Sólo tienen a otros jóvenes: los más mayores del grupo. ¿Y a estos quién los guía?
Los ritos de pubertad, morir para volver a nacer, circuncisiones, escoriaciones y tatuajes, velar armas, noche en la selva, ingesta de drogas dirigida por un chamán, los misterios eleusinos, o el modo, más lento y menos traumático, (quizá el más elegante que hemos tenido en occidente) en el que griegos adultos educaban, a lo largo de años, a griegos más jóvenes, en lo que era precisamente ser adulto.
No. Abandonados a su suerte. Están abandonados a su suerte. A estos no los guía nadie.
02 octubre 2009
Estudiándome a mí mismo...
01 octubre 2009
28 septiembre 2009
circular por la ciudad
La importancia de las ceremonias
Los niños, dos o tres; quizá una niña; han de levantarse ahora y acudir al hipnótico llamado del maestro de ceremonias.
Durante la última media hora, sentados en sus tejas, han asistido al juicio inapelable y después al castigo del miembro de una banda rival.
Castigo cruel, terrible y sangriento, aunque el juicio fuera justo y el juez dictara sentencia sin acritud.
Todos los miembros de la banda se han levantado y han propinado un golpe en la cabeza del condenado. Golpe testimonial, que expresa el acuerdo unánime de la banda con la sentencia aunque no siempre tiene que ser así.
Hay dos que no se han levantado... son, me dice una voz en mi oído, dos que no están de acuerdo con la sentencia o que la encuentran demasiado fuerte. El cumplimiento ritual, que es a lo que estoy asistiendo, permite que los miembros expresen el grado en que se sienten ofendidos y su implicación en el castigo.
Es también un juicio al juez, que ha de procurar dictar sentencias justas.
Recuerdo ahora que el tercer golpe lo dió un colérico individuo que propinó un tremendo testarazo al reo, como si con su solo golpe quisiera igualar los dados por toda la tribu. Veo ahora que aquel golpe tremendo me turbó, me ofuscó de horror, y mientras afino mi memoria para descubrir asombrado que la mayoría de los miembros habían retenido toda manifestación de cólera para propinar, únicamente, el golpe que consideraban justo, un nuevo movimiento enfoca mi atención sobre el reo, y veo que el cuerpo de este va cambiando a medida que la tensión reinante anuncia la aproximación de los verdugos. Su cabeza se ha ido hinchando y ha modificado su textura hasta convertirse en un enorme balón de goma que ha absorbido el resto de su cuerpo. Ojos, nariz, boca y orejas se han desplazado a la parte inferior del balón y a través de su piel de goma semitranslúcida se ve el interior, trémulo, como una masa cerebral con circunvoluciones que parece absorber todas las partes deformadas del cuerpo.
Ejemplar castigo, me digo, en que todo el cuerpo se vuelve cerebro para que no se pierda ni la más ínfima percepción del sufrimiento, pero debo dejar de pensar ya porque los verdugos han colocado dos persendéricas semicirculares de hierro alrededor de la víctima que le dan asiento, impidiéndole rodar hacia los lados, y empieza acto seguido un castigo espeluznante:
Los verdugos golpean por turno con gigantescas mazas de madera el enorme huevo en su huevera. A cada golpe la maza rebota y la membrana de la cabeza vibra, tensa, como un globo de goma. Los verdugos observan atentos todos estos cambios y propinan un segundo golpe. Van cambiando el ritmo de los golpes y alternando los objetos con que lo golpean; las mazas, bates de béisbol, dos palas, dos martillos de picapedrero, dos mazas de gong. Buscan visiblemente sincronizar cada golpe con el siguiente para que las vibraciones del interior del globo sean cada vez más fuertes. En el interior de la cabeza las circunvoluciones tiemblan y esbozan mil guernicas apocalípticos...
¡Sangre! pienso yo, hace falta sangre para cualquier rito de iniciación. Como la vida es la muerte, crecer también es la muerte, y la sangre señala la irreversibilidad de cada cambio.
Ahora, después de haber puesto a prueba su físico, su carácter y su inteligencia, el Sacro Oficio de Sangre ha abierto para ellos las puertas espirituales de la tribu.
.- ¡Deja tu pasado y ven con nosotros! clama con voz tonante el oficiante.
los niños se han levantado ahora de golpe, con decisión, de las tejas ceremoniosas que habían llevado todo el día apretadas contra su pecho y sobre las que se habían sentado para presenciar, ahora como espectadores, el rito del castigo.
Mientras los niños se aproximan al chamán y al jefe y son recibidos, efusivamente, por toda la tribu, la voz susurra en mi oído: Antes durante las ceremonias había veces que las tejas se levantaban solas y quedaban un rato en el aire. Ahora, la mayoría de las tribus suelen usar juguetes... mientras escucho esto comprendo, fugazmente, lo que significa, aunque luego vuelvo a olvidarlo y me parece, todo lo que he visto, un absurdo terrible de violencia a erradicar.
27 agosto 2009
PALLÁ
Cuando empiezas a comprender
el sentido de la vida
y vives, quizá, de
forma más pertinente
es cuando te haces viejo
y cada vez te queda menos
para la muerte.
Ramadín, ramadán, ramadín don dan
.
Dios, en esta época del año,
prefiere llamarse Alá, porque
se divierte mucho más.
23 agosto 2009
Crónica en negro II
trascendencia
08 agosto 2009
Ama y haz lo que quieras
Mienten en las encuestas, no quieren que nadie sepa que lo son, y así las estadísticas quedan falseadas; y más ahora, que desde EEUU, ese patoso entre las naciones, se lleva orquestando desde hace años una durísima e intransigente campaña en su contra.
La campaña ha tenido tanto éxito, a base de películas de juicos y terror psicológico, que desde ya hace unos cuantos años el término con el que se los designa es para mucha gente sinónimo de criminal.
Y sin embargo son muy numerosos; las experiencias tempranas son las que marcan en la vida, las que más se recuerdan, y la mayoría de nosotros tuvimos nuestras primeras experiencias sexuales con otros niños...
12 julio 2009
01 julio 2009
28 junio 2009
Ha venido un grillo -dijo el taxidermista.
.- Sí, -dije yo- lleva ya varios días viniendo por aquí.
.- ¿Es grillo o grilla? -dijo el taxidermista.
.- No lo sé, -dije- a lo mejor sólo cantan los machos.
.- Y a lo mejor cantan los machos y las hembras, pero tienen una canción diferente para cada sexo.
.- Sí, y si supiéramos las canciones de los grillos podríamos diferenciar los machos de las hembras.
.- Nos pasamos la vida repitiendo las mismas cosas inútiles y en cambio no conocemos las cosas importantes del mundo en que vivimos -dijo el ladrón.
.- No conocemos nada de la vida de los que nos acompañan en el mundo -dije yo.
.- Ni de nosotros mismos -dijo el taxidermista.
.- Porque lo importante son los seres vivos, ¿no? dijo el ladrón.
.- Y los muertos -dijo el taxidermista.
.- Sí, -dije yo. Si los muertos son importantes imagínate los vivos.
.- Sí...
21 junio 2009
Y aquí estamos, Madre, viendo pasar los años. Ya poca cosa queda de la alocada jovencilla que fuiste un día.
Aunque sé que fuiste joven, siempre te vi vieja, porque mira, me llevabas de ventaja muchos años.
Y qué miedo debe dar morirse si en el último segundo de la vida el alma se refugia en el pasado buscando otra salida.
Mejor cualquier otra cosa, Madre. Mejor cualquier otra cosa que esta angustia permanente.
Mejor haberme matado en tu seno, cuando apenas sí pensaba, cuando apenas sí sentía, y no sabía lo que era el miedo.
¡ASESINA! ¡Asesina irresponsable! que dándomela vida me has dado la muerte.
17 junio 2009
Bueno, pues si es un estado de ánimo debe de ser una de las poquísimas cosas que están bajo nuestro control.
El truco que usa la sociedad para que seamos los miembros disminuidos que necesita es hacernos creer que no depende de nosotros. Así toda la energía que ponemos en conseguirla (que puede ser más que la que un humano equilibrado gastaría en sobrevivir), la puede desviar, este monstruo holista que conformamos, en provecho de fines que nos son ajenos.
12 junio 2009
retrato en negro (parte I)
Los primeros fueron senegaleses: Babacar, Mamadou, Boby, Don, Jean-Pierre, Brown, Tilot...
Hablaban con voz grave; un peu enjouée; un francés académico, rico y fluido. Pronto al Portalet empezó a acudir personal ávido de exotismo y de emociones nuevas. Mujeres sobre todo, en grupo al principio, y después solas. Pero también vinieron hombres, los suyos, vigilantes. Y otros, atraídos por la miel de unas mujeres fáciles, que quizá turbadas en el último momento o bien rechazadas podrían caer, si este esperaba pacientemente, en las garras del blanquito de turno.
Después llegaron los macarras: Atraídos por los rapiñadores, que siempre habían sido presa fácil para ellos, empezaron a introducir entre las descocadas damas locales a sus propias "cocottes".
Como en aquel ambiente de musculosos negros, ávidos de mujeres blancas, su negocio corría cierto peligro, al final sólo quedaron aquellos que podían defender sus fuentes de ingresos con el argumento más sólido del mundo: "es mía". Me refiero, claro está, a los maridos...
Los Yonkies eran los hermanos menores de los auténticos Hippies, que heroica y románticamente se habían dejado caer en brazos de la heroína, para vivir sueños constantes y desdibujar las fronteras entre lo real y lo imaginado.
A diferencia de sus hermanos mayores no tenían grandes ideales por los que luchar, y culpaban a la sociedad de todos sus males, haciendo así bueno con su actitud el argumento que la sociedad empleó para menospreciarlos: "usan la droga para huir". En muy pocos meses los Yonkies se convirtieron en estadísticas de "inseguridad ciudadana", (expresión que unos años después haría furor). Y justificaron un incremento significativo de las dotaciones policiales asignadas a nuestras calles, con el consiguiente aumento proporcional de otro cierto tipo de "inseguridad" policiacal.
la gente, nuestra gente de España, empezó a mirar mal a los negros, y eso no pudo evitarlo ni la nueva política de penalizar y perseguir la venta, consumo y tenencia de drogas (en el 86 nos hacíamos los porros delante de los maderos), ni la masiva arribada de moros marroquíes y argelinos que, comportándose como si hubieran llegado al paraíso, se emborrachaban; tomaban sin preguntar cuanto les apetecía; y molestaban a nuestras mujeres como si de huríes puestas aquí para su solo placer se tratara. Ni siquiera la simpática figura del negro con bolsos de viaje llenos de "bibelots" que se recorría decenas de kilómetros de selva urbana cada día con la cantinela del: "kompra, paisa, compra" consiguió cambiar esa mirada de disgusto que nos causaban, y sólo ellos (los negros ambulantes), saben cuánto hubieron de soportar por parte de estúpidos, miserables y degenerados blancos blanduzcos bromas, burlas e indignidades.
03 junio 2009
Hace unas semanas una vieja amiga me invitó a comer a su casa con su familia. Y había otra invitada, más vieja aún, de unos 73 años. ¡Con una vitalidad!
Tan hermosa que me enamoré.
Y se notaba. La invitada lo notó, estoy seguro, y creí percibir un par de veces en sus ojos como un brillo de diversión ante el halago.
La comida fue gozosa y alegre.
La conversación fue rica e inteligente, densa y fluída. Y las cuestiones más elevadas y teóricas tenían un toque humano y pragmático. Y las cuestiones más terrenas adquirían consistencia intelectual. Y humanidad.
La invitada nos dejó pronto.
Tenía que volver con sus monjas, a dirigir su convento y su orfanato.
Unos días después mi amiga me comentó:
.- Le dije a Sor _____ que nunca te había visto tan callado.
.- ¿Y? le pregunté sorprendido por la imagen de mí que descubría en ella.
.- Sí, me contestó, "pero cada vez que abría la boca era para decir justo lo que había que decir".
Ojalá exista la reencarnación, porque la próxima vida me pido con ella.
02 junio 2009
¿Y qué diablos piensa Dios del mundo?
Se me ocurre que Dios debe hacerse también esas preguntas fundamentales que nos hacemos todos:
¿Quienes somos?
¿De donde venimos?
¿A donde vamos?
¿Es mejor el bien, o el mal?
¿Porqué existe el ser, y no más bien la nada?
¿Es posible el sexo sin amor? ¿Y porqué es tan poco satisfactorio?
Y otras así tan importantes, y que nos definen como seres racionales...
Y la verdad, la verdad la verdad, pero verdad de la buena, es que si Dios se ha preocupado un poquito de metafísicas y ontologías...
no me puedo imaginar que ahora pueda ser otra cosa sino existencialista.
04 abril 2009

Alguien me estaba empujando el codo. Me giro: es un perro.
(Los perros tienen una pronunciación muy defectuosa, y entienden poco nuestras palabras, es decir, lo que creemos que decimos. En cambio tienen un excelente lenguaje corporal con el que pueden expresar conceptos sutilísimos, y sobre todo entienden muy bien lo que decimos, es decir, lo que a despecho de nuestras palabras expresa nuestro lenguaje corporal)
.- Déjame en paz, tío, ¿no ves que me estás molestando?
El perro se puso delante para que lo viera. Era un Rotweiler. En ese momento debí hacer esta foto, la primera que le hice, la que sin duda irá a parar a los museos extraterrestres de dentro de mil años..
.- ¿¿?? Perdona tío, es que así agachado y con ese olor me parecía que eras un hombre-perro...
.- Me has tocado el codo justo cuando iba a pulsar el disparador, estaba muy concentrado... bah, no pasa nada, ¿qué quieres?
.- Mira, que he visto que has dejado una bolsa en el alfeizar de esa ventana y sé que tiene comida, ¿no me darías un poco?
Ya estábamos junto a la ventana, donde estaban mi paraguas y mi bolsa, así que no podía engañarle.
.- Son tres panecillos de chocolate, que los llevaba a casa de unos amigos para desayunar, pero te puedo dar el mío.
.- Gracias.
Y se lo comió.
.- ¿Dónde está tu amo?
.- --- --- --- ¿Qué?
.- Tu jefe, tu humano, el que se ocupa de tí. ¿Dónde está tu responsable?
.- Estoy sólo.
.- Eres un perrazo muy grande para andar solo por la ciudad, ¿no sabes volver a casa?
.- Eso es, no sé volver a casa.
Discutimos algo más sobre el tema pero no logré sacarlo de ahí.
.- Bueno, si me sigues igual te puedo ayudar -le dije.
Y me dirigía a un veterinario cercano de guardia 24 horas.
El perro, qué suerte la mía, no tenía chip. Ni lo conocían allí.
Anduvimos mucho tiempo recorriendo el barrio de arriba abajo. Vimos varios dueños de perros y otro veterinario de guardia. Nadie lo conocía y él no hizo ademán de reconocer nada.
Al final, cuando estuve seguro de que el animal no escondía aviesas intenciones ni era un loco peligroso disfrazado de perrito bueno llamé a mi amiga. En su casa llevaban 3 horas esperándome para desayunar...
.- Voy con el Rotweiler.
.- Aquí no me lo traigas que me da miedo.
.- ¡Pero si voy siempre con el Rubio y la Cindy!
.- Es distinto, ellos son buenos.
.- Y este también es bueno.
.- No me fío.
.- Bueno, baja abajo y lo ves, y tú decides.
.- Así se hizo, y claro, le gustó.
Pero qué sorpresa, cuando intentamos entrar en el patio el perro se negaba.
.- ¡No, no, que me da miedo!
Este no sabe nada de puertas estrechas -pensé- sólo de portales anchos.
Al final conseguimos hacerle pasar sentándonos en las escaleras del patio con la puerta abierta y hablándole muy cariñosamente.
El ascensor...
.- ¡¡No, no, a esa caja estrecha no!! ¡¡ahí si que no me meteréis!!
Y desde luego parecía imposible, pero en el patio no se podía escapar como no fuera hacia las escaleras, y estas también le daban miedo. Al final lo cogí en volandas y de este modo poco digno entró en el ascensor.
Seis pisos; lo que tarda en subir un ascensor normal seis pisos; y un axfisiante olor a miedo lo impregnó todo: El ascensor, nosotros, nuestras ropas...
Este no sabe nada de escaleras ni de ascensores -me dije- siempre ha vivido en un bajo o en un chalet.
Pero... ¿qué hacía entonces en pleno centro de la ciudad?
Seis horas después llegaba a casa con el perro, collar, correa y pienso que había mendigado en los veterinarios, con la esperanza de que estuviera lo bastante cansado para no crearme dificultades con Rubio ni con los sesenta gatos del solar.
No me las creó. Comió y se echó a dormir en la alfombrita que le puse, y poco después pude salir a dar al Rubio y a la Cindy un merecido paseo nocturno.
Ved aquí una foto de los tres hecha una semana después.

29 marzo 2009
Menos niños y más linces
La valiente campaña que ha hecho la Conferencia Episcopal Española en defensa del Linx Pardinus, uno de los cuatro únicos representantes de género Linx que existen en el mundo, y de cuya supervivencia los españoles hemos de sentirnos profundamente responsables supone no sólo una implicación decidida de nuestros pastores en defensa de la diversidad biológica sino que, tomando ellos el liderazgo ecologista en pro de la salvación de nuestros escasos e indefensos hermanos animales se abre para los linces un camino de esperanza hacia la supervivencia como especie que hasta ahora tenían prácticamente vedado.
También supone esta campaña una revisión callada de las posturas de desprecio de los derechos de los animales que ha tomado tradicionalmente la Iglesia Católica, haciéndose complices y minimizando la maldad de acciones como la caza recreativa, el toreo y el uso de los animales para los más diversos fines sin reconocerles ni dignidad ni derechos intrínsecos.
Pero sobre todo, y desde el propio punto de vista de la Iglesia, supone ¡por fin! un reconocimiento de la responsabilidad que para nosotros deriva de las palabras del Génesis, cuando en el Capítulo uno, versículos 26 y 28, después de crear Dios los animales y ver que es bueno, decide crear al hombre a su imagen y semejanza, y hacerlo señor de ellos. Porque ¿qué puede significar esto sino que Dios, habiéndonos creado semejantes a él, confía en nosotros, y en que también hallaremos buena su creación, y seremos señores de ella? ¡Señores! no verdugos, ni tiranos, ni exterminadores.
Por eso me adhiero de todo corazón a la campaña de la Conferencia Episcopal Española, y por fin me siento orgulloso de mis obispos y me felicito de que hallan tomado bajo su protección al Lince Ibérico, la especie de felino más amenazada de extinción del mundo, igualándolo en el cartel con un bebé humano, significando así que todos somos hijos de Dios, y añadiéndole el sello rojo "LINCE PROTEGIDO" significando así que nosotros, como señores de ellos por mandato divino, tenemos la responsabiliidad de protegerlos.

Sí, yo también pienso, como los obispos, que hay demasiados niños y muy pocos linces en el mundo.
Amigos hasta en el Infierno
No os diré quien.
Se dice el pecado pero no el pecador.
24 marzo 2009
28 febrero 2009
Una pareja de inmigrantes rumanos llama mi atención: andan mirando por las estanterías, presumiblemente comparando precios para encontrar el producto más barato. Alimentarse en Mercadona...
Al final todos seremos delgados, de mirar apagado y músculos fláccidos.
Reviso toda la comida para perros. Para cachorros sólo hay Compy.
Perros Mercadona, me digo, y me los imagino tan sin chispa, tan sin vida, tan sin energía como sus dueños. Apagándose poco a poco. Viviendo de las rentas de la vitalidad que les fue concedida al nacer.
Dios pone. Y nosotros utilizamos. Hasta que se agota.
Y entonces la muerte.
¡Dios qué sólo se siente!
¿Quién intenta alcanzarlo?
Nadie, apenas nadie: Los místicos, algunos locos, algún tigre, algún demonio.
Me lo imagino hace tres días, cuando atropellaron a la Cindy (Cindy Cinderella), poniendo la mano bajo el coche para protegerla. Una batidora. Cindy fue atropellada por un coche que iba a sesenta por hora, una cachorrita de cuatro meses y medio. Cloc, cloc, cloc, cloc. Rebotando y dando vueltas debajo del coche. ¿Cuánto gira un cuerpo de treinta y cinco centímetros de altura por debajo de un coche que va a esa velocidad? Treinta y cinco centímetros encogidos como veinticinco...
Y Dios poniendo la mano, girando también a esa velocidad; mano de acero en guante de terciopelo. Y la Cindy toda machucada, toda dolorida, la mano de acero es dura, aunque el guante sea de goma. Y no recuerda nada. Lo sé, porque he vuelto a pasar con ella por el mismo semáforo que cruzó por delante de nosotros, queriendo hacerse la mayor, demostrar que ya sabía... ¿Pero qué va a saber una perrita tan pequeña de los misterios de la circulación? Los coches aparecen de repente, como si salieran de otra dimensión, y se van también de repente. Y el perrito queda atropellado, agonizante al lado de la carretera, con el espinazo partido. Y no entiende qué puede haber pasado. Y el amo sí, sí entiende, pero poco. Y por eso los amos dicen que lo llevan siempre atado: .-lo hago por mí, por mi tranquilidad... pero nadie, casi nadie piensa en enseñarle al perro a cruzar la calle, a comprender los misterios de las otras dimensiones que se cruzan con la nuestra. .-Hágalo por el perro me decía el guardia cuando me puso la multa, y no quiso comprender que lo hacía por él. Por darle una mínima oportunidad de supervivencia en caso de que un día se perdiera. Enseñarle cómo funciona la calle, socializarlo adecuadamente para hacerlo capaz de buscar otro amo si un día nos perdemos de vista para siempre...
La Cindy ya ha nacido tres veces: La primera cuando la parió su madre. La segunda cuando la encontramos junto a un contenedor de basura, el tres de diciembre, metida dentro de una bolsa de basura azul bien cerrada dentro de otra bolsa de basura negra. Ya sin fuerzas.
Sin aire. No podía andar. Ni levantar la cabeza. Daño neurológico pensé. Intento de asesinato de la mano de un cobarde que no fue ni capaz de acabar lo que había empezado. Una congoja terrible, que sobrevino después, cuando ya había recuperado el aliento, cuando ya había comido y bebido, y la vi, en medio de los gatos, sobre un trapo, donde la habían dejado las gateras que se afanaban en dar de comer a sus pupilos y no entendían nada de perros. Ni de la congoja de un bebé de mes y medio que sólo entiende que de repente no lo quieren, que está de más en el mundo. Una congoja que hube de calmar abrazándola, meciéndola dos o tres horas, yo qué sé, hasta que los hipidos y los estremecimientos se calmaron, hasta que se sintió segura y cómoda y a gusto...
El Búlgaro la quiere mucho. Recuerda cuando en la guerra de Bosnia encontró a tres de sus compatriotas, sus amigos, mercenarios como él, atados a unas sillas con bolsas de basura en la cabeza sujetas con cinta aislante en torno al cuello. Muertos. Ahogados. Una agonía terrible. Desde entonces no perdona a los musulmanes. No, eso no se le hace a un hombre. Eso no se le hace a un ser vivo, a un mamífero como nosotros, que amamanta, que siente empatía, capaz de amar. Eso no lo hace un ser humano. No es digno de nosotros.
Pero no hubo daño neurológico. Y la Cindy ha nacido una tercera vez. Y no recuerda nada.
Lo sé porque volviendo del Mercadona hemos cruzado por el mismo semáforo donde la atropellaron, y ha cruzado tranquilamente, a mi lado, sin miedo ni prevención de ninguna clase.
Mercadona, donde los hombres se hacen de plástico, poco a poco, gracias a la substitución del alimento natural por alimento de plástico.
Consumir, asegurar la supervivencia. Pero sólo la supervivencia, no la vida. A base de falta de carácter, a base de comodidad, de eliminación de la voluntad.
Lo decía Aristóteles: la Voluntad; el Raciocinio; los Apetitos.
Sólo nos quedan los apetitos. Lo decía Solimán, cuando lo encontré en el camino de las cañas, mientras volvía de la protectora de Benimamet con el Zamarro: "J'ai déja classé plus de deux cent modes de consommation" (tengo ya clasificados más de doscientos modos de consumo). Le premier c'est la peur de mourir, le deuxième c'est le sexe (el primero es el miedo a la muerte, el segundo es el sexo) ¿no es magnífico?
¡Grande! Es más que grande: es imprescindible.
Aunque no lo notéis, hay un hombre que recorre el mundo con una caravana sobre la que ha montado un aerogenerador. En cuya tarjeta de visita pone "Souleymane, simplement humain". Que no elige más trabajos que los que le parecen dignos (recolectar naranjas le parece digno). Que estas fallas espera estar en la ciudad, con su caravana, vendiendo productos de "comercio justo" Que ha estudiado ciencia, técnica para facilitar la liberación del hombre de las empresas que lo venden todo hecho. Que espera llegar a África y fabricar baterías caseras con latas de conservas, tubos de hierro de diámetros decrecientes y ácido fosfórico (hay muchos fosfatos en África). Que ha llegado a la conclusión de que el bien es aquello que va en el sentido de la mayor supervivencia para la especie humana. Que de todas las muertes posibles quisiera morir, en cuatro o cinco años, en la plenitud de sus fuerzas, de una bala disparada por el mayor fabricante de armas del mundo, mirándolo a los ojos. Y que de camino, mientras hace estas y muchas más cosas, va clasificando los modos en que los hombres son inducidos al consumo compulsivo...
Aunque no lo notéis, este hombre nos salva a todos. Porque lo que hace, lo que piensa, lo que vive se difunde por la parte del universo que no es física, ilusoria, cambiante. Lo que hace, lo que piensa, lo que vive Solimán se difunde por el Espíritu; entre nuestros espíritus. Aunque no nos demos cuenta.
Y esto a todos nos salva un poco.
31 enero 2009
24 enero 2009
el comentario del día después de la investidura
30 noviembre 2008
Enseguida vemos al mono repetir los gestos de la investigadora y conseguir, él también, un premio.
En una cercana isla hay un pueblo en el que la investigadora repite el experimento: la misma caja mágica, los mismos golpecitos dados con la varita, los mismos pasadores y bisagras movidos de la misma forma…
La niña ha memorizado los gestos de la investigadora (una especie de combinación de la caja de caudales), y vemos como acto seguido los repite y obtiene, ella también, su premio.
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Unos días después la investigadora ha vuelto a la isla con una caja idéntica pero transparente; en la que el premio permanece oculto detrás de la misma puertecita de la primera vez, mientras que la transparencia de la caja permite comprobar que las llaves y palancas que se habían accionado la vez anterior no tienen conexión alguna con el premio. Los niños obvian ahora todos los gestos manifiestamente inútiles que hicieron la primera vez y hacen simplemente los movimientos que les permiten obtener el premio.
En la selva cercana la investigadora somete a los chimpancés al mismo test; el de la caja transparente, y resulta que todos hacen lo mismo: repiten fielmente los gestos de la vez anterior, los que les había enseñado la investigadora, a pesar de que pueden ver perfectamente que no tienen relación causal alguna con la obtención del premio…
………
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La voz en off nos explica que aquí radica la diferencia que nos hace humanos, y que es gracias a esto que nuestra sociedad es más próspera que la de nuestros primos del género pan. La imitación servil, propia de los monos, no tiene nada que ver con la capacidad humana de discernir, en cada circunstancia, los elementos reales del problema; capacidad que nos ha llevado a la conquista de nuestro medio ambiente, del lenguaje, del arte y de las más altas cimas intelectuales y filosóficas.
19 noviembre 2008
14 noviembre 2008
Salvad por lo menos esta canción:
12 noviembre 2008
12 octubre 2008
07 octubre 2008
elle a pris la fuite honteusement et pourtant j'étais sa meilleure chance
¡Qué pena tanta cobardía!
pero...
¿quién no tiene miedo hoy en día?
05 octubre 2008
dinero...
Así me explicaba hace veinte años un trabajador de las plataformas petrolíferas del mar del norte su extraña vida y la de todos sus compañeros de trabajo. Comidos, dormidos, lavados... pasaban dos meses en la plataforma y trabajaban más de doce horas diarias. Un trabajo duro y sucio. Luego tenían dos meses de vacaciones antes de volver al trabajo. Seis meses de trabajo y seis meses de vacaciones al año. Me parecía ideal. En un año se podía ahorrar suficiente dinero para hacer un montón de cosas, pero ellos se lo gastaban todo en los dos meses intermedios. ¡Qué va! en las cinco primeras semanas.
.- te dan tu dinero en la mano y en lo único que piensas es en gastarlo lo más rápidamente posible. No quieres tener esa mierda contigo. Hay demasiado sufrimiento, demasiado sudor, demasiado de tu sangre en ese montón de papeles.
Después de su última estancia en la plataforma había montado en un petrolero rumbo a Tenerife y había fundido toda la pasta en menos de tres semanas. Ahora caminábamos juntos por los páramos de Buenavista comiendo higos chumbos y mariscando lapas; y hablando de la vida. En dos semanas debería coger otro barco que lo llevaría de vuelta a la estación petrolera a ganar otro millón...
(...)
.- Ganas mucho dinero, me decía el búlgaro esta tarde, hablando de la guerra de Bosnia, pero mucho mucho. Y en la base no gastas nada. Comes muy bien, mucha carne; cuánta quieres, y también tienes vodka, y vino, y cama para dormir, y te dan la ropa. Cuando volví después de dos años mi madre quería que comprara una casa, pero yo ya tenía una casa y además: por un pelo casi me matan cuatro veces, y yo no quería a comprar una casa con esto. Lo gasté todo en cuatro meses: discotecas, fiesta, chicas, vodka... Cuando se acabó le pedí un poco de dinero a mi madre, metí algo de ropa en un saco pequeño y compré un billete de autobús para San Sebastián. Quería cambiar de vida. No sé qué: no sé qué vida pero no aquello.
Hablando de esto se nos han hecho las nueve y hemos llegado a la salida del supermercado. No nos han mentido, ahora están sacando la basura. Hay un ucraniano, un ruso, un lituano y un gitano rumano. Conozco al rumano; es de esos que intentan llevarse cosas a escondidas, y coger más que los demás, pero con estos gigantones no se atreve a usar sus trucos. Nos repartimos lo que hay. Uva, peras de agua, melocotones, apio... vitaminas necesarias que nos permitirán optimizar los magros recursos alimentarios de que disponemos. El ruso y el ucraniano están muy borrachos pero se portan con toda corrección. Recogemos, todo vuelve a la basura hasta dejar la acera limpia, y el búlgaro y yo nos volvemos en silencio hacia el solar.
04 octubre 2008
VIVIR
Si tenemos suerte, algunos segundos cada varios días.
Si tenemos mucha suerte; y nos lo trabajamos mucho, algunas horas al cabo de la vida.
Ayer, una amiga compartió conmigo unos minutos.
¡Qué suerte!
¡Qué gran regalo!
29 septiembre 2008
hoy toca cita literaria
Un día, cuando don Juan ya casi se había recuperado, el viejo le dió un fuerte golpe en la espalda y lo forzó a entrar en un estado de conciencia acrecentada. Después, sin más preliminares, le reveló la porción de la regla que tiene que ver con el nagual y su función:
Al poder que gobierna el destino de todos lo seres vivos se le llama el Águila. No porque sea un águila ni tenga nada que ver con las águilas, sino porque al vidente se le aparece como una inconmensurable y negrísima águila, de altura infinita; empinada como se empinan las águilas.
A medida que el vidente contempla esa negrura, cuatro estallidos de luz le revelan lo que es el Águila. El primer estallido, que es como un rayo, permite al vidente distinguir los contornos del Águila. Hay trozos de blancura que parecen ser las plumas y los talones de un águila.
Un segundo estallido de luz revela una vibrante negrura, creadora de viento, que aletea como las alas de un águila.
Con el tercer estallido de luz el vidente advierte un ojo taladrante, inhumano.
Y el cuarto y último estallido le deja ver lo que el Águila hace:
El Águila se halla devorando la conciencia de todas las criaturas que, vivas en la tierra un momento antes y ahora muertas, van como un incesante enjambre de luciérnagas flotando hacia el pico del Águila para encontrar su dueño; su razón de haber tenido vida. Pues la conciencia es el sustento del Águila. (...)
25 septiembre 2008
la ciudad de la justicia
La ciudad de la justicia, un gran edificio acristalado, bulle, como un hormiguero gigante; como una ciudad dentro de la ciudad, de gente que acude a sus ocupaciones.
Todos medran del delito. Esta ciudad inhumana ha plantado sus fundaciones en el encofrado de las pasiones humanas.
Dos guardias civiles caminan con el gesto preocupado. Ajenos a las preocupaciones de esta ciudad doblemente urbana son un cuerpo vegetal extraño en este gran computador donde hasta los cactus son de plástico.
Pasan por mi lado.
Veo sus rostros.
Es indudable:
Son los más humanos de este edificio.
08 septiembre 2008
27 julio 2008
21 julio 2008
In memoriam
La primera vez que lo vi me impresionó. Junto con tres amigos, habían organizado una partida de rugby en una plaza de la ciudad. El balón era una lata de refresco vacía, las porterías las que el mismo desarrollo del juego iba determinando, tácitamente aceptadas por todos. Y las reglas eran nulas, si no eran arriesgar todo lo posible para marcar más, y respetar al contrario al máximo. Digo que me impresionó, y a cualquiera le hubiera impresionado ver a ese hombre fuerte, descamisado, con la cabeza cuadrada esculpida como a martillazos, que saltaba sobre los bancos de piedra, chocaba contra las paredes, rulaba de la calzada a la acera y enviaba con fuertes golpes la lata de refresco sobre el césped para que la cogiera su compañero. Pero todos pasaban de largo. Yo me quedé.
Luego resultó que éramos vecinos, él ya se había fijado en mí, y aunque nunca nos habíamos encontrado en el rellano, habitaba una de las otras dos puertas del séptimo piso donde yo vivía.
Por aquel entonces consumía mucha dexedrina, con alcohol, que daba subidón bien violento, y claro está hachís y mariguana para relajar el cuerpo y agudizar la mente.
Así que de vez en cuando salíamos juntos, que no encuentra uno fácilmente gente con la que valga la pena salir, que tenga conversación interesante y curiosidad por todo...
Luego se enganchó a la heroína (marca registrada de bayer) y a veces quedábamos en mi casa para drogarnos... cuando su madre lo descubrió venía con frecuencia a buscarlo a mi puerta, pero entonces subíamos al terrado a fumar porros, heroína, crack... La vecina, a su pesar, era nuestra cómplice, y callaba de nuestras gamberradas...
Era, de entre los consumidores de polvo, de una clase especial. No pagaba la droga con dinero, sino con CDs que robaba en los centros comerciales más antipáticos. Una especie de redistribución de la riqueza, justa y necesaria. Se sabía, claro está, todos los gustos musicales de los morenos, y estos solían recibirlo bien entre tantos clientes en los "supermercados de la droga" que frecuentaba.
Luego yo cambié de dirección, de vez en cuando venía a refugiarse a mi casa para follar, para drogarse o para pasar un par de días tranquilos.
Hace tres años llamó a mi puerta. Llevaba dos días sin dormir, se había hecho un montón de pastillas de la medicación de su hermano (esquizofrénico), y me contaba una extraña paranoia: había descubierto que los extraterrestres nos vigilaban... Nos vigilaban desde los semáforos, desde las televisiones, desde las radios, investigaban nuestros más íntimos pensamientos entrando en nuestro cerebro con las drogas que consumíamos. Nada que pudiéramos hacer, pensar, decir era libre, sino controlado por los extraterrestres, cuando no directamente sugerido por ellos...
Me pareció una interesante historia y lo dejé marchar, hacia la consulta de la seguridad social, a conseguir más recetas. Se le veía tranquilo, controlando una paranoia bien estructurada y disfrutándola a la vez, como tantas veces he hecho yo. No me pareció necesario hacerle confirmar que sabía que era una paranoia inducida, una forma segmentada de ver el mundo, real pero incompleta. Algo que solo adquiría sentido después de añadirle todas las otras formas de paranoia existentes. De soportar al máximo, honradamente en el cerebro, tanto como posible de la inmensa complejidad del mundo, y sobre todo de lo que nos afecta, de nuestro particular sesgo humano. No me pareció necesario porque creí que sabía, que entendía, y que era capaz de volver como quisiera...
Luego llegó su novia, y nos contaba que no, que estaba mal de verdad, y fuimos a buscarlo, pero ya no lo encontré.
Aprecié el gesto, que me honraba, de haber venido a hablar conmigo en su último renglón de lucidez, pero desde luego no lo merecía.
Luego ya nunca fue el mismo: drogado, mantenido en estado casi vegetativo, la coraza farmacológica no lograba protegerlo del enemigo, que se había instalado subrepticiamente en su propio interior.
Perdió el tono muscular, perdió el atrevimiento, su cara se volvió redonda, su voz aflautada, su mirada huídiza. Perdió a su novia. Su cabeza se encajó entre sus hombros; lo dominó una timidez extrema, patológica. Se volvió pálido como un vampiro; ya nunca salió de casa.
Su madre murió en navidad, pobre mujer sacrificada por sus hijos, enfrentada a complicaciones de las que nada entendía. Nos enteramos una semana después. Les dimos el pésame a él y a su hermano:
.- No dijimos nada, como eran fiestas...
Hoy me ha llamado la vecina:
.-Tengo que darte una mala noticia, Facundo se ha suicidado.
(había saltado por la ventana del deslunado, y lo habían encontrado, en la terraza del primer piso, muerto ya del primer golpe)
Creo que al final revivió en él el hombre vital que yo había conocido, el que se comía el mundo a grandes mordiscos. Creo, quiero creerlo, que más que un suicidio fue un cabreo, una apuesta, y una prueba, la más dura que se pudo exigir, de que él seguía siendo el gran Facundo, valiente y atrevido hasta el final.
16 julio 2008
09 julio 2008
Quédate ahí
Y nosotros, nos quedaremos en la tierra
Que a veces es, tan bonita
Cuando en mi cráneo corra el viento
Cuando mis huesos se vuelvan verdes
Quizá parezca que estoy riendo
Pero será una fosa impresión
Ya que me faltará
Mi elemento plástico
Mis zigomáticos
Que se habrán comido las ratillas
Mi par de cosillas
Mis rótulas, mis pantorrillas
Mis muslos y mi culo
Sobre los que me sentaba
Mis cabellos, mis fístulas
Mis lindos ojos cérulos
Mis cubre-mandíbulas
Con los que os rechupaba
Mi nariz considerable
Mi hígado, mi corazón, mi solomillo
Estas cositas admirables
Que me permitieron apreciar
Duques y duquesas
Papas y papesas
Sacerdotes, sacerdesas
Y gentes del oficio
Y además ya no tendré
Este fósforo algo blando
Seso que se obsesó
En saber que moriría
Las osamentas verdosas, el cráneo ventoso
Ah cómo me duele volverme viejo…