Hice un esfuerzo
Era...
Me pareció que era el hombre más sensible.
Me lo traje a casa.
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Por la mañana me despertó el olor del pan tostado.
Fuí a hacer pipí.
Y descubrí que no sabía utilizar la escobilla.
Y en la tapa de sentarse había gotas amarillas...
Desde entonces soy estrictamente heterosexual.
4 comentarios:
jejeje.. está buena la reflexión.. yo debo ser estrictamente masoquista porque malgré las gotitas de pipi y alguna otra masculinidá, sigo creyéndolo el hombre más sensible...
juasjuas... es un argumento muy convincente
Si fuera una mujer inteligente, ahora mismo me haría lesbiana.
Por eso soy estricta, fervorosa y apasionadamente heterosexual.
Beso
De vez en cuando vuelvo a reler este post. Es uno de mis favoritos. Qué reveladoras, descorretelones son unas gotitas
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