06 agosto 2006

la sentencia

Es un recuerdo difuso, quizá lo imaginé más tarde, pero tan largo como tengo memoria está ahí, presente:

Yo no elegí venir al mundo, me obligaron.
El primer sentimiento fue de espanto.
.- No, otra vez no, -recuerdo que pensé-
Y desde ese momento hasta la efectiva aplicación de la sentencia me comporté sin duda de forma innoble y rastrera.
Lloré, grité y pataleé. Me quejé, prometí, juré. Interpuse todo lo que se me ocurrió. Me cagué. Sin duda me cagué. A todos los llené de mocos y pipí.
No recuerdo nada de eso; no me importaba; me daba igual cubrirlo de mierda todo.
Fue el más pánico terror que he sentido nunca, así lo recuerdo, y voy para cincuenta.

Me forzaron.
No hubo forma de escaparse.
¿Dónde estaba?
.- No lo sé.
¿Por que me forzaron?
.- No lo sé.
¿Quién lo hizo?
.- No lo sé.
Pero sé de qué tenía miedo:
De lo más terrible que pudiera pasarme.
Ahora no me parece tan terrible, pero entonces sí.
Era horroroso:
Tenía miedo de esto.

Me forzaron. Un gigante inflexible me obligó a pasar por el aro; por su aro. Yo no pude hacer nada para evitarlo.
Todo lo que ofrecí fue inútil, todo lo que intenté interponer fue inútil.
Y así me rebajé por nada.
Y pareció más justa la sentencia.
¿Por qué os cuento esto, tan banal, tan frecuente, tan sin importancia ya?
Por que yo, por lo mucho que me rebajé, por la intensidad de mi autocompasión, que debió causarles verguenza ajena, tuve derecho a un trato de favor.
Me ofrecieron, para que no me rebajara más, como un regalito especial, como una consolación.
Y este caramelo, que me hizo suspender el llanto, de asombro y curiosidad, modificaba un poco el espanto absoluto de venir aquí, dándole, cómo decirlo... un carácter festivo.
Por eso sin duda nací en Valencia, entre petardos y tormentas.
Me prometieron, para que fuera algo más digno, para que estuviera calladito (tapaos bien los ojos, gentes tiernas, o cambiaos a un blog vegetariano).


Me prometieron que vería el fin del mundo.

7 comentarios:

Col.George Taylor dijo...

Y me imagino quien fue...George Bush jr.???

huelladeperro dijo...

¿Tu crees que la conciencia que tiene George W. Bush de sí mismo se parece en algo a la que tú o yo podamos tener? ¿Qué crees que pueda pensar o sentir ese tipo? es muy extraño este mundo en el que un chimpancé enajenado gobierna el pais más poderoso, y el hombre más rico de la tierra lo es porque es el dueño de una empresa que se llama "pequeñosuave"......
¿¿no??

Ladrón de mandarinas dijo...

Es lógico que, al nacer, los niños lloren a lágrima viva: les cortan el cordón umbilical y, desde entonces, están solos ante el mundo. Casi parece que les digan, con la palmadita en el culo, "¡vamos! corred y patalead, que de nada servirá".

huelladeperro dijo...

Sí, pero hay otras formas de nacer:
Frederick Leboyer; Casilda Rodrigañez y Ángel Escudero entre otros defienden que son posibles partos diferentes: sin dolor ni sufrimiento ni para la madre ni para el niño. Partos que refuerzan el amor entre madre y niño y lo prolongan hacia atrás en el tiempo a lo largo del embarazo y adelante en el tiempo hasta la edad adulta (y más, claro)

Anónimo dijo...

te dijeron la verdad.

huelladeperro dijo...

Gracias, Anónimo. Yo también lo creo.

Anónimo dijo...

Guillermo, ya sabes que no existe fe sin dudas, del mismo modo que no existe el amor sin dolor. Un abrazo