23 febrero 2007

Éramos amantes. Nos veíamos cada 8 días, diez o quince horas, para follar (ella lo llamaba así). Yo le sentaba bien, la equilibraba, le daba paz. Volvió a pintar...
Un día le dijeron que hacer el amor de éxtasis era una maravilla. Quería probarlo...
La llamé a la semana, tenía dos éxtasis en el bolsillo, inmejorables, me habían dicho.
No, no era posible, no estaba libre.
me llamó a los tres días.
Estaba en un coche...
no podía hablar mucho...
.- se acabó.
lo nuestro se había acabado. ya no éramos amantes. Se había enamorado.
Desaparecí discretamente.
Un día los vi, perseguirse, riendo, por las calles de una ciudad.
Tuvo un hijo.
Se separaron.
Una noche nos encontramos en un local infrecuente.
.- ¿Te comiste un éxtasis con él?
.- ¡Qué sabio eres!
Triste consuelo.
Aún nos vimos más veces, pero ella tan a la defensiva, que se generaron malentendidos.

Si caus per açi...
Pot ser, no?
T'estime.
pero ja ho saps.
I m'agrades.
Tu sempre m'agrades.
Encara que estigueras prenyada m'agradaríes.
I, salvant els meus posibles compromisos amorosos (no en tinc).
Crec que m'atreviría a tornar a follar amb tú.
Amb molt de gust.
T'estime.
Pero això tu ja ho saps.
I ets l'única dona que mai m'a ferit.

1 comentario:

Antígona dijo...

Una historia muy triste y un poema conmovedor.
La falta de armonía en el universo es abrumadora.
El que permitió que pudiéramos enamorarnos de quien nunca podrá querernos es un verdadero canalla.